El divorcio es un evento difícil en la vida de cualquier persona, incluso para los que toman la decisión y creen que este es el mejor camino para ellos mismos y para sus hijos. No sólo esto crea un cambio en la estructura familiar, sino también en el estilo de vida; tener nuevas casas, a veces nuevos trabajos, cambios en las condiciones de vida, etc.
Muchos padres son conscientes que sus hijos pueden sobrepasar el divorcio de una mejor y sana manera, cuando entre ellos pueden construir una relación amable y respetuosa, donde los hijos puedan amar libremente a sus dos padres, cuando pueden pasar tiempo con ellos y cuando los hijos se salvan de la pelea y agresión entre sus padres.
Sin embargo, muchos de los padres divorciados, se envuelven en su pena, dolor o rabia personal y comúnmente no pueden ver el efecto de estas emociones en su propio comportamiento y en la manera de dirigirse a sus hijos.
Personas que están atravesando un divorcio, constantemente sufren de depresión, ansiedad, tristeza, decepción, etc., situaciones que los hace menos probables de responder a las necesidades de sus hijos, y esto puede crear niños desmotivados, asustados, mal portados y con intentos equivocados de tener la atención de sus padres.
El divorcio no es el final de su rol como padres, esto marca un cambio de dirección, pero la oportunidad de criar y de educar a los hijos se mantiene, ya que los niños saben que tienen dos padres que los aman y a quienes ellos tienen todo el derecho de amar también.
Sanar, perdonar y reconstruir una relación que no funcionaba, toma tiempo, requiere madurez y un gran compromiso, desafortunadamente todas las situaciones no tienen este final felíz. Afrontar un divorcio duele y los recuerdos dejan heridas y este dolor no se va tan rápido como quisiéramos.
Entonces, la salud emocional de nuestros hijos y su bienestar, y la de los padres, sostienen la mejor razón para afrontar las cosas de una manera diferente.
Los padres que no pudieron tener una buena relación durante el matrimonio, si pueden llevársela bien como padres, sin embargo, trabajar juntos como padres significa romper la manera como se relacionaban antes y aprender una nueva.
· Esto significa poner en primer lugar el bienestar de los hijos, antes que las heridas de cada uno, su rabia y cualquier otra emoción poco constructiva.
· Esto significa cooperar con el otro padre acerca de educar a los hijos sin importar cómo se pueda sentir cada uno con respecto a su ex pareja.
· Esto significa compartir el interés por las actividades de sus hijos, sus emociones y sentimientos, compartir responsabilidades en cuanto al cuidado de ellos, respetar los derechos del otro padre y su privacidad y desarrollar maneras de comunicarse acerca de las necesidades de sus hijos y sus problemas.
· Esto significa aceptar la realidad que usted no puede cambiar al otro o dirigir la manera en que su ex pareja lleva su hogar.
En conclusión, el bienestar de sus hijos durante y después del divorcio, depende exclusivamente de lo que los padres hagan con su propio duelo y la manera de afrontarla la situación, si respetan o nó al otro progenitor y sus derechos, como también las necesidades de los niños de tener padre y madre aunque no vivan juntos. El divorcio no es un fracaso si los adultos deciden aprender de la situación, y si lo asumen como una oportunidad para mejorar las relaciones y proveer bienestar tanto a ellos como padres, como para sus hijos.
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