Por décadas los científicos despreciaron las emociones y los sentimientos, y le dieron mayor importancia a la racionalidad, nos enseñaron a guiarnos por la razón, la emoción nos hace cometer errores, tomar decisiones equivocadas, nos decían.
El neurocientífico, autor de varios libros, Antonio Damasio, demostró con sus estudios que las emociones y los sentimientos son claves para los procesos reguladores de la vida de los seres humanos y agrega, que la memoria de nuestras experiencias surge de las emociones y sentimientos. Desde los años 90´s los neurocientíficos le han venido dando cada vez más importancia a las emociones y sentimientos, atreviéndose a demostrar a través de estudios, que si las emociones no funcionan bien, las personas son incapaces de tomar decisiones adecuadas.
Las emociones son diferentes a los sentimientos, las emociones pertenecen al cuerpo, pues si nos fijamos bien, podemos localizar un lugar donde sentimos la emoción, por otro lado, los sentimientos pertenecen a los pensamientos de una manera más profunda.
Nuestras emociones son las mensajeras entre nuestros sentidos y la mente, son las que nos dicen y dan información sobre algo que percibimos en el exterior y son una manera de comunicar a los demás cómo nos sentimos y son una guía de nuestras acciones y reacciones.
La invitación que le hago a las familias en el trabajo terapéutico y en los talleres de educación consciente es empezar a reconocer las emociones, aceptarlas, descubrir el mensaje que nos dan y posteriormente calmarlas. Para esto debemos entrenarnos porque la educación que tuvimos no nos enseñaron a conectar, a utilizar y mucho menos valorar las emociones.
Para trabajar con las emociones es necesario conocer de manera sencilla, cómo funciona el cerebro y entender por qué nos descontrolamos y terminamos haciendo y diciendo cosas que nos terminan avergonzando y no somos conscientes en qué momento la “tapa se nos voló”.
También hay que tener en cuenta que somos seres sociales y que dentro de nuestro cerebro están unas neuronas que nos permiten conectarnos con los otros, son las neuronas espejo, nos conectan con los otros a nivel de motor y emocional, que nos permiten contagiarnos de ciertas emociones y actitudes de los demás. Así que trabajar gestión emocional a nivel familiar, hará que cada uno se responsabilice de sus emociones y reacciones, evitando escalar en los conflictos, malos entendidos y otras situaciones complejas; y más bien cada persona podrá controlarse, parar, respirar, y enfocarse en las soluciones.
Uno de trabajos en la terapia familiar y de la crianza consciente es la gestión emocional porque permite mejorar la comunicación y acercar a las personas a través de la empatía y y la conexión.