

Como en la infancia, la adolescencia es un período de gran aprendizaje.
En este periodo el cerebro realiza una extraordinaria reorganización a nivel funcional y estructural, en este cambio se generan nuevas conexiones y desaparecen otras, dependiendo de la utilización o no de estas neuronas.
Por lo anterior, la adolescencia puede ser un periodo de grandes oportunidades a nivel cognitivo, emocional y social; así como también, es una época donde los jóvenes son más vulnerables a comportamientos riesgosos y a cierta inestabilidad psicológica y emocional.
El cerebro va madurando desde su base, es decir la nuca, donde se encuentra el cerebro primitivo, responsable de las funciones del cuerpo que nos mantienen vivos (autónomas) y de las emociones más intensas que son la rabia y el miedo.
Hacia la frente donde se encuentra la corteza prefrontal que entre sus funciones está moderar los riesgos, controlar los impulsos, gestionar las emociones, tomar decisiones valorando juicios y valores.
La corteza prefrontal es la que más se demora en madurar y por lo tanto esto explica como los adolescentes pueden ser arriesgados, imprudentes, impulsivos, y con la firme creencia de ser inmortales (nada les va a pasar).
El cerebro del adolescente está en periodo de maduración que en muchos casos va hasta los 24 años.
Otra de las características es que en la adolescencia, se pasa de la dependencia familiar a una integración social más amplia, separándose del núcleo familiar para tomar sus propias decisiones y desarrollar su personalidad.
Una de las formas en que los adolescentes empiezan a ejercer su independencia es haciendo lo contrario a lo que los padres o adultos les dicen y uno de los riesgos en este sentido es el consumo de drogas y alcohol.
Si se le pregunta a un adolescente de manera hipotética, si un amigo le ofrece probar alcohol o algún tipo de droga, dirá inmediatamente que no lo hará, sin embargo, al encontrarse inmerso en esta situación, el adolescente siente una emoción tal de hacer algo que no debe, que muchas veces se puede dejar llevar por el momento y sucumbir a algo que de antemano sabe que no está bien.
De esta manera se puede dar también la violencia, la delincuencia e incluso el suicidio adolescente.
Conocer un poco lo que pasa en el cerebro adolescente, ayuda a padres e hijos a comprender mucho mejor esta etapa y a transitarla con mayor empatía y seguridad, sin embargo, la educación juega un papel crucial, por lo tanto comparto las siguientes sugerencias a los padres:
Si eres padre de un adolescente, y quieres conocer estrategias para conectar, hacer acuerdos, apoyar y acompañar a tus hijos, escríbeme aquí por WhatsApp.
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